Reemplazar en la administración pública modelos burocráticos por esquemas orientados a los resultados es un gran desafío en nuestro país. Desde Gestión Compartida analizamos las claves de los casos de éxito en este cambio cultural.
Los cambios en la sociedad y la introducción de nuevas tecnologías nos sitúan frente al desafío de modernizar las estructuras estatales, en búsqueda de una mayor eficiencia que redunde en mejores servicios para la población. Esta actualización, si bien necesaria, se enfrenta a menudo con resistencias internas que ralentizan –o neutralizan por completo- las intenciones de reformas.
En el mundo hay ejemplos, como Holanda o los países escandinavos, que demuestran cómo puede desarrollarse exitosamente la gestión pública con una lógica más similar a la que se emplea en el ámbito privado. Lo primordial para lograr este pasaje es vencer los preconceptos. En este sentido, la experiencia establece que se debe comenzar este proceso desde los mandos medios, para luego ir bajando en la estructura.
Dado que todo proceso de cambio suele generar incertidumbres, es fundamental plantear un trabajo exhaustivo de inclusión de los distintos actores sociales. Todas las acciones deben ser minuciosamente comunicadas previamente a su implementación. En especial, es útil acercarse a los representantes gremiales de los trabajadores, para evitar oposiciones basadas en el desconocimiento.
El cambio de la cultura organizacional, ya sea en una empresa o en un organismo público, es un proceso gradual. Pero cuando empiezan a verse los frutos, o sea, que la modernización de los procesos que quedaron obsoletos permite trabajar en forma más rápida y eficiente, el personal comprende los beneficios y apoya lo realizado.
La experiencia en Vicente López
Para incrementar su calidad institucional, el Municipio de Vicente López decidió impulsar las buenas prácticas de gestión que se utilizan en el ámbito privado: revisar procesos, capacitar y medir los resultados.
Según explica Fernando Rivera, Gerente de Servicios de RR.HH. de Gestión Compartida, el primer paso fue realizar un relevamiento exhaustivo de la plantilla de empleados, con sus puestos y la descripción de funciones de los mismos. Este diagnóstico inicial permitió detectar que el escalafón utilizado estaba desactualizado en relación a las necesidades actuales del municipio. También se identificaron los mandos medios y se trabajó en un “mapa de competencias” de los funcionarios públicos. Todas estas actividades se efectuaron en forma consensuada con los gremios a fin de lograr un respaldo que permita el avance.
A partir del análisis, se diseñó un plan de capacitación para profesionalizar los mandos medios, con muy buena receptividad por parte de los mismos. Según Rivera, “hay mucha avidez de los mandos medios por recibir herramientas que los ayuden a hacer mejor su trabajo. En este segmento encontramos personal que no ha efectuado ningún tipo de actualización. Pero también empleados que han seguido capacitándose, pero no han podido volcar los nuevos conocimientos en su trabajo”.
Sergio Szlapak, Secretario de Recursos Humanos de Vicente López, destacó la colaboración de Gestión Compartida en este proceso: “Nos ayudó mucho en la capacitación de los mandos medios y los evaluadores. Fueron exitosos los resultados y este año volveremos a realizar otra evaluación de desempeño por competencias e insistiremos con la capacitación. Todos estos procesos tienen que ver con las buenas prácticas y hacen que podamos ofrecer mejores servicios a los vecinos, con miras a mejorar la calidad de vida en Vicente López.”